Crítica de la película La invención de Hugo por Obi-Wan

Es sorprendente que un título basado en un libro infantil haya conseguido once nominaciones a los Oscars. Quizá por ello el olvido de Harry Potter que comentaba Sherlock, que suficiente para la academia habrá sido una ya. Pero es llamativo, que salvando las distancias entre las similitudes de ambas adaptaciones, el caso que nos ocupa haya obtenido el reconocimiento en categorías tan importantes como Mejor película, Mejor director o Mejor guión adaptado. Eso sin contar todas las nominaciones y premios en otros importantes premios que no vamos a enumerar aquí porque nos eternizaríamos. Pero vayamos por partes que hay mucho de lo que hablar sobre este título.

Esta película parte de una base ya algo diferente. La novela infantil La invención de Hugo Cabret, escrita por Brian Selznick, se presenta como una experiencia literaria diferente, iniciando sus claros vínculos con el séptimo arte con un claro homenaje a George Méliès y mezclando elementos de álbumes ilustrados, novela gráfica y cine en sus páginas. Así que era inevitable que este libro acabara teniendo una adaptación para la gran pantalla. Quizá por ello se haya querido llegar un poco más allá y realizarla en 3D, técnica actualmente bastante discutida de la que hablaremos más adelante. Y para ello, nada menos que contar con la dirección de Martin Scorsese, que habrá visto todo un reto aplicar estas tecnologías a una historia en principio infantil, tan alejada de sus habituales géneros.

Supongo que muchos se habrán rasgado las vestiduras y dudado de la elección de Scorsese por decidirse por  un título como este, apto para todos los públicos y con una supuesta trama para niños. Vuelvo a incidir en la similitud de Harry Potter con este título. Los que no se han atrevido a asomarse a la saga aún, siguen adjetivándola de pueril, inocente y con falta de trascendencia. En fin. Otro tema es que te pueda gustar más o menos el producto, pero es innegable su envergadura cinematográfica. Lamentable será quien no se acerque a Hugo por el simple argumento de que es para críos.

Volviendo al tema del 3D, bien es cierto que exceptuando Avatar y algún documental perdido en la memoria, esta tecnología no ha tenido el efecto deseado por  la industria del cine. La gente no se ha vuelto loca queriendo ver alucinantes efectos tridimensionales, quizá porque tampoco la oferta haya sido de calidad suficiente para dejarnos los cuartos adicionales que vale una entrada en 3D. Puede que Hugo sea uno de esos casos aislados en que merezca la pena ir a disfrutar de una técnica depurada y aplicada por Scorsese, que además no haya dejado de lado la historia y haya sabido imprimirle el ritmo, la emoción y el sentimiento adecuados.

El tema se anima más todavía cuando en la adaptación del guión sabemos que contamos con John Logan, al que tenemos que agradecerle libretos como los de Gladiator, El aviador, Sweeney Tood o Rango (nominada también para mejor película de animación en los Oscars). Como secundarios de lujo tenemos a Sir Ben Kingsley, Jude Law y Christopher Lee o el no sé bien como definir Sacha Baron Cohen. Como protagonista tenemos al jovencito Asa Butterfield, a quien ya pudimos ver en El niño con el pijama a rayas, al que acompañará la hermanita consejera de 500 días juntos y vampira en la versión americana de Déjame entrar, Chloe  Moretz. Ojo con esta pareja que apuntan alto.

Las perspectivas están muy arriba en todos los sentidos, tanto técnicamente como narrativamente. Tanto revuelo no puede quedarse en agua de borrajas. Mi deseo, darle la nota máxima tras su visionado, pero para eso tiene que sorprenderme mucho la historia. El resto intuyo que me tiene ganado.