Crítica de la película Mr. Brooks por Romulo

Demasiado Mr. Brooks


4/5
10/12/2007

Crítica de Mr. Brooks
por Romulo



Carátula de la película Se me ha adelantado Hypnos y lo mejor es que, en muchas cosas, coincido con él. Así que remitiéndome en gran parte a su postcrítica me ahorro muchos comentarios.

Poco que añadir respecto al personaje principal: es de largo lo mejor de la película. Su doble concepción, su oscuridad, su tranquilidad... Sí, me ha gustado mucho esa tranquilidad, casi diría que parsimonia. Hubiera sido fácil mostrar a un tipo atormentado hasta la extremo, gritón, descompuesto, que se enfrenta a berridos con ese otro yo sarcástico y aficionado a la carcajada... Pero no, Evans muestra el poso y la sabiduría suficiente para mostrar a dos partes de un mismo ser que, al final, se parecen mucho más de lo que quisieran, que comulgan y que ríen al unísono, pausados, reflexivos y conscientes de su problema. Un personaje profundo, bien trazado, elegante. Todo un hallazgo.

Al final, pese a la postcrítica de Hypnos, veo que me extiendo. Inevitable. Así que también me pararé a aplaudir a Kevin Costner. Esta vez sabe aprovechar sus recursos, consciente de sus limitaciones, para aportar una serenidad y una economía de gestos que esta vez sí se presentan como todo un acierto. Costner, aquí sí, funciona.

El resto de actores están en la película con una función muy concreta, y su rendimiento se limita a eso. El contrapunto sarcástico de William Hurt, yla funcionalidad roma de Demi Moore... Lástima que ese simple cariz de mecanismos de la histora también se extienda a todo lo demás: los actores, claro, porque sus personajes también. Y con ellos, sus consiguientes subtramas.

Especialmente evidente resulta ésto si señalamos el poco interés que nos despiertan gran parte de las cosas que le ocurren a Demi Moore (sus dos escenitas de acción son de lo peor de la película). La culpa no es de ella, claro, pero todo aquello que sucede a su alrededor sólo es válido para el espectador cuando sirve de apoyo, contrapunto o condicionante para la línea principal: lo que hace o padece el señor Brooks.

Quizá el secundario y la subtrama que mejor condicionan la narración principal son la hija y su peculiarísimo problema "genético": confieren un nuevo sentido al problema del protagonista. Gran giro. Lástima que al espectador, eso sí, esta sorpresa, sumada al giro inicial (te han cazado, señor Brooks, pero no quieren chantajearte, si no participar de tus asesinatos; un tipo raro, vaya), pueda sonarle a demasiadas casualidades (o cuando menos, "demasiados sucesos no habituales") en muy poco tiempo.

Al final, la película se resiente por una serie de tramas que tiene que resolver, varias líneas narrativas de puro relleno y un enorme personaje protagonista que tiene que enfrentarse al simple desenlace de intriga y sorpresa que los guionistas le han deparado.

Por el camino queda esa interesante reflexión, ese miedo inevitable, no ya al "no puedo dejar de matar" si no a la certeza de que ella, su hija, sufrirá ese mismo mal. Dilemas muy bien tratados gracias al gran acierto de duplicar a Mr Brooks en esos dos actores tan diferentes: Costner y Hurt. De enfrentarlos en sosegados diálogos. Fantástica la escena en que uno abraza al otro, lloroso, descompuesto, a punto de venirse abajo.

Y aunque sólo sea por ver al fin en un buen personaje a Kevin Costner, que tan mala suerte ha tenido desde hace ya un tiempo (él tampoco ponía demasiado de su parte), ha merecido sobradamente la pena que esta película esté aquí, en nuestra cartelera.




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