Crítica de la película Balada triste de trompeta por Hypnos

Echando de menos a Guerricaecheverria


3/5
19/12/2010

Crítica de Balada triste de trompeta
por Hypnos



Carátula de la película En esta postcrítica que escribo se puede decir que la nota es lo de menos. Es simplemente un instrumento que tengo a mi disposición para expresar la decepción que he tenido en la butaca ante una de las películas más esperadas por mí del 2010 que está a punto de fenecer. Efectivamente me lanzaba al cine con las cinco estrellas encendidas y con el hecho de que la película hubiese entusiasmado al mismísimo Tarantino.

El por qué del título tiene que ver porque ésta es la primera película que escribe en solitario Álex De La Iglesia, sin su inseparable Jorge Guerricaecheverria y he de concluir que a esta película le falta un poco de oficio en el guión. La sensación con la que me quedo es que De La Iglesia ha movido el guión a su antojo para provocar la llegada de los momentos de exceso visual que le interesaban, resintiéndose en demasía la sensación de fluidez en el discurso narrativo. Quizá la opción tenía que pasar por dividir la película en capítulos, a lo Malditos bastardos, película con la que guarda interesantes similitudes.

La intro es poderosísima. La imagen de un payaso con un machete matando nacionales es una imagen y una metáfora tan poderosa de la guerra civil que a uno ya lo dejan satisfecho para un buen rato. El problema de la intro viene después con la conversación del Payaso tonto con su hijo, en la que Santiago Segura se define como una elección de casting, al tomárselo uno un poco a cachondeo.

De repente nos plantan en 1973 sin saber qué ha sido del personaje de Areces en los años de la dictadura. Lo cual luego no ayuda en el momento de conseguir entender a los personajes y sus motivaciones. Lo hace por amor, porque está loco, por venganza, ¿por qué? A De La Iglesia parece que no le preocupa demasiado porque quiere centrarse en esos momentos de histrionismo visual, pero el espectador queda náufrago.

Además, el guión está trufado de convencionalismos. Todo el mundo sabe que cuando Areces vuelve a preocuparse por Natalia, va a volver Sergio y que van a echar un polvo; lo mismo en el parque de atracciones; y suma y sigue.

Y la falta de mano en el guión se nota, así mismo, en que los personajes secundarios no están perfectamente delimitados. Cosa que, por ejemplo, no sucedía en La comunidad o en El día de la bestia. Aquí parece que todos los pesonajes del circo son el mismo, a excepción del personaje interpretado por Tejería que termina aburriendo.

Por otro lado, el trío de actores protagonista está muy bien. Antonio De La Torre está sublime; Carolina Bang, cumple, con una presencia turbadora y exhuberante y con un registro de miradas muy amplio; Carlos Areces cumple, funciona mejor en momentos como en el del chiste cuando pregunta por la madre del bebé que en el que está desatado.

Cuestiones muy interesantes sí que tiene la película como los créditos iniciales, la dirección portentosa de De La Iglesia, los actores, la pregunta de Areces al coche de etarras de "¿de qué circo sois vosotros?", la comparación entre la ciudada en guerra del 39 con el sitio donde está el circo, también en ruinas, como la dictadura en ese momento, el mordisco de Javier a Franco en la mano, y un final con homenajes a sí mismo en El día de la bestia, a Vértigo, a Con la muerte en los talones.

Sin embargo, no es todo este bagaje suficiente para colmar mis expectativas.




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