Crítica de la película Balada triste de trompeta por Hypnos

Creo firmemente que tenemos que estar de enhorabuena porque el mejor Álex De La Iglesia está de vuelta con esta nueva obra suya, Balada triste de trompeta, y es que desde el mismísimo título me siento atraído hacia ella.

Vaya por delante que De La Iglesia, en mi opinión, es uno de los directores más interesantes de nuestro panorama cinéfilo. Un tipo inteligentísimo, ya lo ha demostrado con su gestión al frente de la Academia del Cine Español, y con una concepción de lo visual casi inédita en nuestro país.

La lástima era que De La Iglesia andaba un poco perdido. Tras truncarse su interesantísimo proyecto sobre Fuman-Chu, acabó rodando una película entretenida y poco más con Los crímenes de Oxford. Parece que cansado de experiencias internacionales tan poco reconfortantes como Perdita Durango, De La Iglesia vuelve a casa para intentar recuperar ese tono de dos cumbres de nuestra cinematografía: La comunidad y El día de la bestia, con especial mención para su debut con Acción mutante.

Nos quedaba por ver la visión de De La Iglesia sobre la guerra civil, algo inusual, ya que tenemos hasta la visión de Del Toro. Y, como no podía ser de otra manera, nadie mejor que De La Iglesia para captar la gran tragedia patria en su justa medida. Mejor dicho, nadie mejor que De La Iglesia para coger el testigo de Berlanga en estas lides. Su película será grotesca, será cómica, será trágica, será interesante de principio a fin.

Como muestra un botón: la pareja formada por Santiago Segura y Fofito. Y junto a ellos actores tan dispares como Fran Perea, Terele Pávez (una habitual), Raúl Arévalo, Sancho Gracia (otro conocido), Fernando Guillén Cuervo o Antonio de la Torre, sólo por citar algunos. Una propuesta tan extraña como morbosa.

La película competirá en la sección oficial de Venecia, donde le deparo entrar en el palmarés final.

Como solía acostumbrar antaño:

Nos vemos en el cine.