Crítica de la película Twixt por Iñaki Ortiz

El terror del autor


4/5
11/10/2011

Crítica de Twixt
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Francis Ford Coppola se saca de la manga un cuento gótico con vampiros, pueblos malditos, crímenes y hasta Edgar Allan Poe rondando por ahí. Y con todo este tinglado montado finalmente nos vuelve a hablar de lo mismo que en su anterior película, Tetro: del proceso de creación, del artista incomprendido y sobre todo, de la vil industria que sólo busca material comercial facilón. En otras palabras, Coppola sigue con su rabieta artística, aunque moderándose un poco y aportando más elementos interesantes.

Los juegos de color sobre los grises, los edificios terroríficos de la América profunda, la imagen clásica del terror, la orgía de sangre. Todo ello como parte de la película pero también como parte del estudio del terror gótico, a través de un confeso sosias de Stephen King, a quien no duda de acompañar del mismísimo Poe. Enumera todos los recursos, y los plasma mejorados.

Pero lo que verdaderamente tiene en mente es esa idea que no consigue quitarse de la cabeza, el artista que busca escapar del producto enlatado, al que le obligan a incluir un giro fácil al final de la película, es el propio Coppola en su lucha con la industria, en su intento de conseguir su obra más pura sin concesiones.

Este juego de espejos, este terror que se siente al mismo tiempo que se piensa, esa pequeña intriga medio desvelada, con su corta duración, se pasa volando, y nos deja la sensación de haber visto una película de terror entretenida que además tenía su mensaje. Quizá sobran algunos chistes fáciles. Tanto Val Kilmer como esa Ella Fanning cada día más en alza y chica Coppola por partida doble, están estupendos. No es el mejor Coppola pero no está nada mal.



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