Crítica de la película Holmes & Watson, Madrid Days por Iñaki Ortiz

Es su cine, lo tomas o lo dejas


4/5
07/09/2012

Crítica de Holmes & Watson, Madrid Days
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película La última película de José Luis Garci tiene categoría de evento. Si este cineasta ya levanta pasiones habitualmente -en su mayoría, no demasiado positivas- desde el momento en que decidió abordar el personaje de Sherlock Holmes, todos el mundo se posicionó en algún extremo. Esto lo alimenta el propio Garci cuando, en algunas geniales entrevistas, suela perlas tipo "yo no sé rodar persecuciones" o dice que de lo poco que había en el guión de habilidades deductivas del detective, directamente, lo ha quitado.

Lo que no tiene sentido es pedir a Garci que sea quien no es, que haga otro cine. Tampoco es de recibo tomar ahora el Holmes de Guy Ritchie como modelo único, como si el veterano detective hubiera sido siempre un superhéroe. Se han hecho muchos Holmes, el desenfrenado de Ritchie, el que Peter Cushing interpretaba con solemnidad, el moderno de Benedict Cumberbatch, el reconvertido a médico que es el Dr House y mi favorito, el steampunk de Miyazaki. Y muchos otros, todos bien distintos. A ninguno hace ascos Garci, si le preguntas, pero su visión será la suya, y no hay necesidad de comparar con otros puntos de partida.

Será lento. Claro que será lento, pero Garci es capaz de deleitar sosteniendo un plano estático con apenas un suave zoom in, porque los personajes se están abriendo. Su cine son miradas, casi siempre al pasado, con serena melancolía. Lo que vamos a ver es un fresco del Madrid del XIX -con una lectura sociopolítica que, por lo que se dice, está muy de actualidad- y un homenaje al famoso detective. Se estrena en el guión, Eduardo Torres-Dulce, que además de ser el fiscal general del estado, antes era algo más importante: uno de los contertulios más interesantes de Qué grande es el cine. Está bien que este sea su primer guión, pues pertenece a un club londinense de Sherlock Holmes. Siempre se ha mostrado como una gran conocedor del cine, y confío en que, siendo también un erudito en el personaje, haya hecho un buen trabajo. Sobre todo, algo distinto. Una película ideada entre dos viejos amigos cinéfilos, con nostalgia y cariño.

Ahora bien, también hay que decir que Gil Parrondo, el responsable de arte de reconocimiento internacional que hace que a Garci se le llene la boca hablando de piezas del XIX, está mayor. Es un nonagenario que, obviamente ya no está tan encima del trabajo. Dicho claramente: mucho cartón piedra. Eso es lo que se desprende de las imágenes que hemos podido ver, más propias de un estudio 1 que de una película para el cine. Y esto es aplicable a otros apartados. ¿Habéis visto la barba postiza de Gallardón? No se entiende que Garci no haya sido cuidadoso con los pequeños detalles que, aunque menores, pueden cargarse la película. Habrá que obviar, o tomarse con humor, estos signos de dejadez, así como algunas elecciones de casting cuando menos atrevidas; aceptar las convenciones del idioma que hacen que Holmes hable un perfecto castellano durante toda la película; centrarse en lo bueno y disfrutar de la enorme capacidad del viejo Garci para hacernos sentir ese sabor añejo y esa dulce melancolía en el estómago.



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