Crítica de la película El Caballero Oscuro por Hypnos

Mejoría


3/5
25/08/2008

Crítica de El Caballero Oscuro
por Hypnos



Carátula de la película Mis compañeros Sherlock y Rómulo me han precedido con dos posts extensísimas en las que tengo que decir que encuentro muchos más puntos en común con la de Rómulo. Para no repetirme matizaré los errores que él le ve a la cinta.

Efectivamente, la parte final de la película es machachona, afortunadamente no tanto como la primera parte de Batman Begins. Y yo diría, además, que es larga. He de confesar que noté la duración de la película. Sobre todo porque uno llega un momento en la película en la que se cansa del continuo juego de engaño de todos los personajes. El momento en el que los rehenes son los payasos es demasiado largo. Y así sucede también con la conversación entre Batman, Dent y Gordon.

Coincido también en los problemas que Nolan muestra siempre con la acción. Creo que alguien le ha asesorado en este punto porque los climax de la película son, curiosamente, escenas que no son de acción. Así sucede con los dos barcos, con la escena final entre el Joker y Batman y con la conversación Batman, Dent y Gordon.

No puedo más que aplaudir también la crítica que hace Rómulo a la caracterización de Dos Caras. Chapeau. Me parece una caracterización inadmisible para alguien que pretende dotar de realismo al cómic. Me recuerda incluso a El hombre invisible de Paul Verhoeven. Lamentable.

Y, por último, coincido también en la apreciación que Rómulo ha hecho sobre el colegueo de Batman con la policía. Aunque yo nunca he entendido por qué a la gente de Gotham le cuesta tanto darse cuenta de quién es Batman. Pero esas son otras historias.

Intentando meter algo de mi pluma y enlazando con otro acertado comentario de Rómulo, la escena inicial de atraco es fabulosa, y es, absolutamente, Michael Mann. Quizá por eso me haya gustado, porque mucho me temo que Nolan cada día que pasa me resulta un tío con un estilo muy poco reconocible.  Algo que, al menos, no se le podía achacar a Tim Burton.

Efectivamente, Nolan ha tratado de hacer un thriller protagonizado por un hombre que se disfraza de murciélago, y como tal thriller ha conseguido una película con tensión y dirigida con mano firme, aunque sin brillantez, y con mucho cine a sus espaldas. Que si cojo un poco de Heat por aquí, que si cojo un poco de El padrino por allá y lo voy cocinando con un murciélago dentro. Pero es que resulta que hasta el propio Nolan se olvida de su propia receta. Nos tuvimos que tragar Batman Begins, una película en la que se nos explicaba absolutamente todo para que en esta segunda película todo vaya rodado. ¿Dónde está el pasado del Joker? ¿Bruce Wayne ha montado su batcueva en el muelle, y cómo? La película empieza con Batman retirado, y por qué? Alguno me dirá que a quién le importa eso, coño, como tampoco importaba bajar a semejante nivel de detalle en la anterior. Y no olvidemos que precisamente ese detalle era el santo y seña de la nueva saga.

Dejo para el final todas las alabanzas del mundo para la interpretación de Heath Ledger, inmenso como el Joker, y que se merecería una nominación por su trabajo, aún lo considero pronto hablar de algo más. Un personaje interesantísimo al que también le sobran algunas líneas de diálogo, puesto que sus motivaciones quedan bastante claras a la media hora de película, incluso con el final de Batman Begins.

La sensación que me deja la película es de franca mejoría, Nolan ha llegado, creo, donde quería, a tener material para rodar un thriller con un tío que se disfraza de murciélago para impartir justicia. No es cine de superhéroes. Eso, al menos, hay que meritárselo.

Un último defecto: no entiendo a santo de qué aparece China. Sinceramente, esta fábula tiene más sentido si Gotham es el Mundo único conocido.




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