Crítica de la película El Caballero Oscuro por Iñaki Ortiz

Milimétrica mixtura de géneros


5/5
14/08/2008

Crítica de El Caballero Oscuro
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Si el triunfo de Batman Begins era romper con la tendencia iniciada por Burton, abrazando el realismo y profundizando en el verdadero protagonista, Batman; en esta ocasión la virtud la encontramos en la manera en que Christopher Nolan escapa de los clichés de las películas de superhéroes y se dedica a hacer una película completísima, que incluye diferentes géneros con gran maestría.

La anterior entrega no dejaba de ser una película de superhéroes (formación, acción, etc.). En El caballero oscuro cohabitan varias películas. Empezamos con una escena propia de un cine de atracos. Tenemos un film sobre la mafia, al estilo de El padrino - salvando las distancias, claro - que incluye incluso montajes secuencia del tipo "hoy la familia Corleone saldará sus cuentas". También tenemos una tragedia clásica, y muy trágica. Nolan no se corta en sacrificar a sus personajes para conseguir una verdadera sensación de angustia. Policiaca, con investigación y psicópata incluido. Suspense y por supuesto acción.

Aunque quizá lo mejor sea su trasfondo filosófico, y aquí es donde, como era de esperar, Nolan se ha inspirado en La broma asesina. Joker intentando llevar a la locura, al lado oscuro, en este caso a Harvey Dent. Intentando demostrar que el trauma genera al psicópata. Lo hace, en concreto con el honorable fiscal, pero también lo pretende con la ciudad entera.

El personaje de Joker es, como no podía ser de otra manera, la gran baza de la película. Además de estar impecablemente interpretado por el fallecido Heath Ledger, que conseguirá sin duda una nominación al Oscar, es un personaje interesantísimo. Sádico hasta el extremo y, sobre todo, caótico, moviéndose por la locura. Consigue grandes momentos de suspense y, avanzada la película, llega a generar una verdadera atmósfera de caos en Gotham, que resulta sobrecogedora. Joker es el mal. Acertadísimo que cada vez cuente una historia diferente sobre sus traumas, es como si Nolan se riera de sí mismo por empeñarse en adentrarse en los traumas de Batman o Dos caras. Un Joker que ha sabido ser divertido y aterrador a la vez, cosa difícil.

Sin embargo, esta no es la historia de Joker como podría pensarse, esta es la historia de dos caras, interpretado con acierto por Aaron Eckhart. Como sucedía en la anterior entrega, Nolan invierte mucho metraje para mostrarnos al personaje, sus motivaciones y no es hasta muy avanzada la película cuando aparece por fin el esperado Dos caras,  consiguiendo un estupendo efecto dramático. Como es habitual en esta saga, la metamorfosis del villano está perfectamente integrada dentro de la trama, siendo un paso hacia delante en la historia. No es un mecánico  causa-efecto en el primer tercio del metraje como ocurría en la vieja saga.

Otro de los personajes importantes es Gordon, con un Gary Oldman que pugna por ser el mejor intérprete de la película. Ofrece una humanidad extra que engrasa de maravilla toda la historia. Las conversaciones entre Dent, Gordon y Batman son refrescantes, un gabinete de crisis que ayuda a la imagen de caos que se cierne sobre la ciudad. El cambio de Katie Holmes por Maggie Gyllenhaal no puede ser más acertado. La actriz funciona mucho mejor, además el personaje es menos irritante, y para colmo tiene una importancia suma en la trama - como casi todo aquí.

Nolan consigue manejar los tiempos magistralmente, esta vez cronológicamente, teniendo que enfrentarse a muchos personajes y varios hilos. La película va de menos a más. A pesar de la dificultad, el desarrollo del guión es impecable, y cada personaje o cada situación tienen mucha importancia. No sobra nada y todo encaja a la perfección. Un guión milimétrico con apenas algún momento algo más flojo. Joker sirve a Dent y viceversa. Rachel es motivo de triángulo amoroso y desencadenante de la tragedia. Por donde se quisiera quitar un personaje, la película se desmoronaría. Un verdadero trabajo de guión inteligentísimo.

Aunque más pulida que la anterior entrega, esta tampoco es perfecta. Nolan comete el mismo error de todas sus películas: las explica demasiado. Sobran algunos diálogos reiterativos, aunque no es tampoco excesivo. Las escenas de acción, esta vez más explícitas (por ello menos "Batman" para mi gusto) no son tampoco su fuerte, aunque tampoco es a lo que da más importancia, claro.

Por lo demás, otro avance más, que ofrece una nueva transformación de Batman, antes fue de persona común a héroe mítico, ahora empieza como un héroe consolidado y da el paso a caballero oscuro. Nolan no cuenta aventuras independientes donde un superhéroe se enfrenta a diferentes villanos, lo que está haciendo es narrar una verdadera saga bien engarzada en varios capítulos. No puedo estar más ansioso por el estreno del siguiente. Ojalá mantenga el nivel.



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