Un relato del escritor alemán Bernard Schlink centrado en los secretos de un matrimonio es el punto de partida de esta película a la que resulta difícil encontrar un especial interés. A veces uno tiene la sensación de que va al cine a aburrirse y eso es precisamente lo que pasa con este título. Cuando el argumento de una película ya se ha contado miles de veces las opciones escasean. O se sigue el guión preestablecido -es decir, los sufridos espectadores entramos en un estado de sopor- o se rompen las reglas del juego y el desarrollo discurre por lugares inesperados, algo difícil de conseguir y terriblemente peligroso. En cualquier caso, todo indica que los derroteros de esta propuesta no se van a internar demasiado en terreno poco explorado.
Un par de datos permiten albergar ciertas esperanzas. Dirige Richard Eyre, un veterano que suele apostar por dramas e historias más bien clásicas. Su último trabajo, Diario de un escándalo, obtuvo cierto reconocimiento hace un par de años. Otro punto a favor son sus intérpretes. Liam Neeson, Antonio Banderas, Laura Linney -que sustituye a una no menos maravillosa Juliette Binoche- y una Romola Garai (Scoop, Expiación) en segundo plano conforman un plantel de actores importantes que nos permite otorgar un plus a la propuesta. Desgraciadamente, The other man se presenta como una película de ver y olvidar. Sus referencias resultan demasiado familiares como para que pueda aportar algo novedoso. A falta de sorpresas, nos conformaremos con un trabajo bien realizado.