"Llevo semanas hablando de política, que no me apetece nada,
y poco de cine"
Pablo Malo se enfrenta a una rueda de prensa complicada, con
un tema tan delicado como el que trata la película. Al principio, hay alguna
pregunta más crítica, pero su discurso tranquilo y moderado evita que el
encuentro se convierta en un debate político.
Pablo Malo lo tiene
claro: "es un tema delicado y sabíamos que se nos iba a mirar con lupa". En ese
sentido han querido ceñirse a los detalles del sumario del juicio y han dejado
las dramatizaciones para otros personajes. Por ejemplo, el abogado, Iñigo
Iruin, interpretado por Unax Ugalde, que les sirve de base para ser el
protagonista. "Es el único personaje que acompaña toda la historia por lo que
decidimos usarlo para el arco dramático" explica el guionista Joanes Urkixo.
Aquí han incluido la mayor parte de la ficción, como el personaje del ayudante,
que apenas existió en la realidad, y desde luego no estuvo involucrado de la
manera que aparece en la película. Sí que hubo realmente cartas bomba, dos
fueron interceptadas y una tercera mató a un cartero -al contrario de lo que
aparece en la película. Iñigo Iruin está muy satisfecho con su personaje,
aunque está enfadado porque él solo fumaba un cigarrillo al día, explica Unax
Ugalde, que estuvo con él para preparar el personaje. Además de las cartas
bombas y de algunas intimidaciones hacia los testigos, hubo muchas más. "Llegó
a haber balas en las almohadas de alguno de los jueces".
El actor Francesc Orella, que interpreta a Galindo, comenta
que es diferente abordar un personaje real que uno ficticio. "Ha significado lo
que ha significado y da un poco de respeto. Procuré intentar entenderlo". En
eso coinciden los demás actores que han interpretado a miembros del GAL, que
intentaron buscar su lado bueno y sus motivaciones para interpretar.
En cuanto a las situaciones de los guardia civiles y sus
momentos más grotescos del juicio, el director explica que la realidad fue
mucho más increíble y que han tenido que dejar fuera muchos hechos reales
porque resultarían inverosímiles. Pone como ejemplo la agresión de Bayo al
abogado, que se ve en la película y que según cuenta, en realidad le persiguió
por la sala y llegó a coger una bandera española para intentar trincharle con
ella. Probaron a ensayarlo pero no había manera de que quedara realista. "Parecería
algo de Benny Hill". Y en general asegura "nos hemos cortado muy mucho".
También fue una cuestión a tratar para el guión si debían
incluir más elementos de los atentados, pero finalmente decidieron que no había
tiempo suficiente para desarrollarlo, dentro de la historia que tenían. "Si
hubiéramos incluido atentados, sin darles el tiempo suficiente, podría haber resultado
anecdótico".
Sobre su punto de vista y lo que querían trasmitir, asegura
que en ningún momento se están metiendo con la Guardia Civil en conjunto "estoy
convencido, además, de que hoy en día tienen otros protocolos" ni con el PSOE
en su conjunto. No le gusta hablar de lados y considera que en cada historia, "cuando
hay una persona que lo está pasando mal, yo estaré del lado de esa persona". Le
interesa llegar a esos espectadores que consideran que se lo merecieron o que
argumentan que cuántas personas habrían matado. "Si alguien sale de la película
pensando que es un horror y que no tenía que haber pasado, habrá valido la pena".
Sobre el tema del idioma, explica que no habría sentido que
Galindo hablase en euskara. En este sentido, agradece a ETB porque han hecho
una excepción y cuando la emitan por ETB1 será la versión en bilingüe, y no
íntegramente en euskera como acostumbran.
En cuanto a las escenas de torturas, "no hemos querido hacer
una galería de horrores". No han incluido lo que les han contado por respeto al
espectador y a los familiares.