Llego tarde al primer corto, el violento oleaje propio de
Donosti ha eliminado la opción de aparcamiento cercano. Lo cierran y hacen
bien. Lo primero que veo entero es el corto Jaulas.
Otro corto de animación artesana de muñequitos, bonito y mágico. Un rollo. Lo siguiente, Chick, es una
especie de animación semiabstracta con musiquita que parece más un anuncio de
Martini. Como si no lo hubieran puesto.
Después la película Mutants,
que resulta tener ritmo, una estética muy cuidada, y se mueve de maravilla
entre lo grotesco y lo serio. Es bastante aceptable, aunque no se atreve a
llevar hasta las últimas consecuencias su premisa y se dedica a generar más
subtramas para mantener el interés del espectador. La presenta su director, el francés David Morlet. Según sus palabras, parece que se ha corrido una buena juerga la noche anterior con el director de la semana, Rebordinos, así que seguramente volverá otro año.
Lo que viene después no necesita demasiadas explicaciones,
es la proyección de Alien. La
película se conserva en plena forma, a excepción si acaso de la criatura, que
resulta demasiado pobre vista con los ojos de hoy en día.
Pero si hablamos de pobreza hay que hablar de la siguiente
proyección: La noche de los muertos vivientes (la de Romero, de toda la vida), pero
en color y en 3D. Ahí queda eso. Si la original ya era cutre, a esta le sumamos
un coloreado terriblemente grotesco y un efecto 3D que más bien son varias
capas 2D a diferentes profundidades. El efecto está realizado sin ningún
cuidado y lo mismo puedes ver personajes levitando que habitaciones enormes o
desproporciones dignas de la pintura surrealista. En suma: pura diversión en el teatro principal.