Cannes 2016: Radiografías sociales


19 de Mayo de 2016
por Precríticas

Por Ricardo Fernández

El festival avanza hacia su recta final y algunas películas comienzan a posicionarse como las favoritas mientras que otras engrosan la lista de las decepciones. Entre las primeras Aquarius de Kleber Mendonça y Bacalaureat de Mungiu, entre las segundas La fille Inconnue de los hermanos Dardenne y Personal Shopper de Oliver Asssayas.

La fille inconnue

La fille inconnue

Los hermanos Dardenne vuelven a Cannes, una vez más, con su nueva película. Algo que llevan haciendo desde que ganasen su primera Palma de Oro, allá por 1999 con Rosetta. Por desgracia parece que el paso de los años se nota en el cine de estos dos hermanos belgas.

La fille inconnue trata sobre una joven Doctora que está muy afectada tras la aparición, en circunstancias extrañas, del cadáver de una joven desconocida a la que minutos antes de su muerte no le había atendido en su consulta por haber pasado la hora de cierre. A partir de ese momento saber el nombre de la chica y por qué murió será su única obsesión. La Doctora recorrerá diferentes lugares del pueblo, y preguntará a todo aquel que pase por su consulta, y pasa mucha gente distinta por esa consulta. Esto, en otra película, podría haber servido para dibujar un retrato de la sociedad belga, en esta no resulta más que una serie de escenas deslavazadas sin que se les adivine el propósito. Los Dardenne se centran tanto en el personaje protagonista, se acercan tanto, que perdemos la perspectiva de todo lo demás, incluso de la propia Doctora, de su historia, de sus porqués. Sólo vemos como le afectan a ella los hechos. O lo intuimos, porque la actuación de Adéle Haenel es tan pobre que hay muy poquito que rascar de ahí. Su nula expresividad corporal, su rostro inmutable, su mirada, parecen las de otra actriz distinta que la que nos llamó la atención en Les combatants.

Así, la película transcurre, pero apenas avanza. Hay una historia con el interno de la Doctora que si no existiera no la echaríamos de menos, pacientes que la visitan sin aportar absolutamente nada, escenas “de acción” -por decir algo- que caen en el ridículo… y, para colmo, un par de tópicos raciales que bordean el prejuicio más intolerante. En fin, que esta vez los Dardenne han errado el tiro.

 

Bacalaureat

Bacalaureat 

Si decíamos los Dardenne no han conseguido lo que -suponemos- pretendían, es decir, radiografiar la sociedad Belga a partir de un suceso violento que desencadena una serie de hechos encadenados; si que lo consigue el director rumano Christian Mungiu (4 meses, 3 semanas, 2 días y Más allá de las colinas).

En Bacalaureat el protagonista es un Doctor -otra coincidencia con La fille inconnue- que recibe la noticia de que su hija ha sufrido un intento de violación. La joven, una brillante estudiante, está a punto de pasar los exámenes de graduación y necesita sacar una buena calificación para optar a una beca que le permitirá estudiar en Inglaterra. El padre tiene miedo de que debido al shock su hija no sea capaz de obtener la nota necesaria y trata de solucionarlo.

La película comienza de una manera muy limpia, muy definida; pero, a diferencia de la película de los Dardenne, poco a poco comienza a enturbiarse. Mungiu no se centra en el hecho violento, en por qué se ha producido o quién es el culpable. El objetivo del director es el sistema corrupto, el extraño concepto de amistad y cadena de favores que enmascara la corrupción. La educación, la policía, el sistema sanitario… nada escapa, y la sociedad lo asume como algo normal permitiéndole extenderse como un cáncer.

Mungiu consigue ir abriendo varios frentes dramáticos sin que unos aplasten a otros, al contrario, se complementan y se apoyan mutuamente para ir elevando el mensaje. Un guion muy bien construido y rodado con eficacia, quizá con un estilo que de tanto usarlo empieza a convertirse en fórmula, pero que poco importa si se hace así de bien.

 

Aquarius

Aquarius

La película de Kleber Mendonça Filho es una de las que mayores elogios ha despertado en la Croisette. Se podría decir que hay prácticamente unanimidad en las valoraciones positivas y nosotros, esta vez, no vamos a llevar la contraria.

Kleber Mendoça Filho, como en las dos anteriores películas, también retrata una sociedad, la brasileña, a partir de un suceso cotidiano. Una mujer que recibe presiones de una inmobiliaria para abandonar su apartamento ya que quieren derribar ese inmueble para construir uno nuevo. Con lo escrito hasta ahora se podría pensar que estamos ante otra película social más, de esas que, como acabamos de decir, bordean la fórmula. Nada más alejado de la realidad.

Doña Clara, la protagonista de Aquarius, no es una mujer de clase baja que no tenga donde ir, no. Es una mujer adinerada, muy culta y amante de la música. Las razones que le motivan a querer quedarse en esa casa son los recuerdos. Su apartamento no es más que un caparazón que contiene en su interior las evocaciones de muchas experiencias vividas, muchos sentimientos, imágenes de personas que ya se fueron… una vida. Lo mismo que su colección de vinilos, ella puede escuchar y escucha la música en streaming o MP3, pero sus LPs contienen historias dentro. Ella podría vivir en otro lugar, pero su casa contiene historias dentro.

Kleber Mendonça juega con la música y los sonidos de una manera exquisita, construye unos planos tan cargados de información como de belleza, y habla de la corrupción inmobiliaria, la diferencia de clases, los nuevos “emprendedores”, las disputas familiares, la burocracia desorganizada, la decadencia de la prensa… pero, sobre todo, dibuja con una precisión milimétrica a Doña Clara desde el fantástico prólogo con un par de pinceladas. Sonia Braga, por su parte, se encarga de convertirla en realidad, con su magnética presencia, sus movimientos felinos y la expresividad de su mirada, en la que es, desde ya, una de las mejores actuaciones del año. El resto de la película orbita sobre ella y todo encaja a la perfección.

 

Personal Shopper

Personal Shopper

Si con Aquarius hemos dicho que no queríamos llevar la contraria, con Personal Shopper, de Olivier Assayas, si. La película fue abucheada tras su primer pase, pero aunque es una película que contiene decisiones fallidas, es salvable en su conjunto. También hay que decir que, para ser justos, tras los abucheos y críticas furibundas tras el primer pase, aún en caliente, empiezan a surgir también los defensores de la película y su valoración en la mayor parte de parrillas de críticos es tibia, pero no desastrosa. No nos quedemos con la primera impresión y los exabruptos más sonoros.

De lo que nadie puede dudar es de que Assayas es un gran contador de historias. Sabe manejar el ritmo y crear atmósfera, y en Personal Shopper lo hace. Claro que también decide mezclar géneros e introduce elementos del cine de terror que parecen sacados de una película coreana, otros de thriller y, por supuesto, el drama introspectivo habitual en su filmografía. Y no siempre le sale bien porque bascula en darle la importancia a un género o a otro sin decidirse por ninguno y sin llegar a cohesionarlos.

La protagonista, Maureen, es una joven que trabaja de personal shopper para una gran estrella. Ella le compra ropa y complementos, cosas que no puede tener y no le dejan probarse, pero pasan por sus manos, las toca, las siente pero no las tiene. Recientemente ha perdido a su hermano gemelo, que era médium, y ella parece tener la misma habilidad que él para sentir la presencia de los muertos. Siente su presencia, le nota, pero no puede tenerlo. Su jefa es una especie de fantasma al que nunca ve, se comunica con notas y mensajes. Algo parecido le ocurre con su novio, en el extranjero por trabajo, que no es más que una imagen en una pantalla. La vida de Maureen está llena de cosas que siente y desea, pero no puede tener.

Kristen Stewart da vida a Maureen con su habitual gesto de hastío. Si en Sils Maria, su anterior película a las órdenes de Assayas, logró una de las mejores actuaciones de su carrera, en Personal Shopper sólo está correcta. Aunque el problema de la película no radica en ella, sino en que Assayas llega un momento en que parece no saber que hacer con todos los elementos que ha puesto sobre la mesa, intenta explicarlos y acaba por perderse el mismo. A la película le sobra el doble epílogo final, con sus explicaciones subrayadas, que deja muy mal sabor de boca; pero hasta entonces ha lanzado unas cuantas ideas interesantes, ha construido una atmósfera inquietante y ha ofrecido algunas escenas brillantes. No será recordada Personal Shopper cuando se repase lo mejor de la filmografía de Assayas, pero ofrece muestras de su talento.





comments powered by Disqus


 

Películas relacionadas:

Carátula de la película Aquarius

Aquarius


Director: Kleber Mendonça Filho
Actores:
Sonia Braga
Irandhir Santos
Maeve Jinkings
Carla Ribas
Carátula de la película Bacalaureat

Bacalaureat


Director: Cristian Mungiu
Actores:
Maria-Victoria Dragus
Vlad Ivanov
Ioachim Ciobanu
Adrian Titieni
Carátula de la película La fille inconnue

La fille inconnue


Director: Jean-Pierre Dardenne
Actores:
Adèle Haenel
Jérémie Renier
Fabrizio Rongione
Olivier Gourmet
Carátula de la película Personal Shopper

Personal Shopper


Director: Olivier Assayas
Actores:
Kristen Stewart
Anders Danielsen Lie
Lars Eidinger
Nora von Waldstätten
 



Últimos artículos
Desarrollado por Dinamo Webs
Creative Commons
Publicado bajo licencia
de Creative Commons