Cannes 2016: Verhoeven consigue la unanimidad


23 de Mayo de 2016
por Precríticas

Por Ricardo Fernández

El director danés Nicolas Winding Refn dividió a la crítica con su nueva inmersión en su universo colorido y esteticista, provocando más abucheos que aplausos. En cambio el director neerlandés Paul Verhoven consiguió una merecida ovación por su regreso a la dirección, su Elle ha sido una de las propuestas más refrescantes y mejor recibidas de esta notable edición de Cannes.

 

The Neon Demon

The Neon Demon 

Que Nicolas Winding Refn iba a dividir las opiniones era una apuesta clara desde que anunciaron su presencia. Su apuesta cinematográfica, hiperesteticista y muy poco narrativa, despierta tanta admiración como animadversión y esta película es la sublimación máxima de ese estilo.

The Neon Demon cuenta la historia de una joven aspirante a modelo -Elle Fanning- que llega a Los Ángeles con poco más que su belleza y su tímido encanto. Pronto llama la atención y empieza a despertar envidias, celos y deseo. Winding Refn prescinde de la narración, de la exploración de personajes, del arco dramático y lo llena todo de metáforas sobre el vacío de la moda, de la sociedad de consumo y de la búsqueda de la belleza. "La belleza no es lo más importante, la belleza lo es todo", dice uno de los personajes de la película, y Winding Refn aplica eso a su película. Y repite con énfasis las mismas ideas y en distintas metáforas siempre con la misma intensidad -mucha- apoyado en la magnífica banda sonora de Cliff Martinez. Claro que cuando lo destacas todo, nada está destacado y eso es lo que le pasa a The Neon Demon, que se alarga y estira, incluso cuando ha llegado donde quería llegar. Al ser un relato tan contemplativo, tan poco narrativo, habrá espectadores que, como quien mira un precioso paisaje, disfruten del visionado durante horas, otros durante unos pocos minutos. A Winding Refn le gusta mirar mucho tiempo, mucho más que a mi. Y algunas escenas dan la sensación de ser puro vouyerismo, una especie de Canal Playboy Artie.

 

Elle

Elle 

El Festival de Cannes ha cerrado su sección a concurso de este año con, Elle, el regreso de Paul Verhoeven. El casi octogenario director que sólo había rodado dos películas en los últimos 15 años, El libro negro en 2006 y el mediometraje Steekspel en 2012, ha supuesto un cierre de oro a una notable edición del Festival de Cannes.

Elle, basada en la novela “Oh…” de Philippe Djian comienza con los sonidos de una violación que no vemos porque la pantalla está en negro. Cuando la imagen aparezca mostrará a una Isabelle Huppert tendida en el suelo tras la agresión, pero sus reacciones posteriores no serán las que esperamos tras un acto como ese. En realidad, nada en la película será como esperamos. Elle plantea un perturbador juego de dominación, sexo, venganza y libertad frente a las reglas con una magnífica Isabelle Huppert como eje sobre el que todo gira. Verhoeven se sitúa en más allá de la corrección política, en una zona donde ese concepto ni siquiera existe, el mismo lugar en el que habita la protagonista de la película. La vergüenza no pesa tanto como para impedirte hacer lo que quieres, parece ser su credo. Verhoeven e Isabelle Huppert forman un tándem magnífico y, sin escatimar en sexo, violencia o sadismo, lo impregnan todo de un humor negro para mostrar un mundo sin reglas, una sociedad de tiburones, en la que una mujer se ha quitado la careta y por eso nos asusta.

Elle nos hace reír, nos incomoda y, sobre todo, nos sorprende. Nos encantaría conocer más de los personajes, todos ellos peculiares, pero sólo nos muestra pinceladas y se centra en ella, haciendo que no pueda haber un mejor título para esta magnífica película.

No deja de tener cierta gracia, cierta justicia divina, que el director de películas como Robocop, Instinto Básico, o Showgirls logre a estas alturas de su carrera un aplauso casi unánime en el Festival de Cine más importante del mundo, con la sala llena de críticos sesudos y ávidos de nuevas propuestas. Es el George Miller de 2016.

 

Toni Erdmann

Toni Erdmann

La directora Maren Ade vuelve a la dirección tras ganar en 2009 el gran premio del jurado de la Berlinale con “Entre nosotros” y haber pasado los últimos años más dedicada a la producción, de las películas de Miguel Gomes por ejemplo. Y lo ha hecho por la puerta grande, debutando en la sección a concurso con “Toni Erdmann”, una de las grandes triunfadoras de esta edición de Cannes y una de las películas que más carcajadas ha provocado en todos sus pases.

Toni Erdmann cuenta la historia un excéntrico profesor de música (Peter Simonischek), amante de las bromas y los disfraces, que cree que su hija (Sandra Huller), una ejecutiva seria y ocupada, necesita ayuda porque no es feliz. Pero ella no está dispuesta a recibir ayuda de su padre.

Maren Ade relata una serie de encuentros y desencuentros, algunos de lo más pintorescos y surrealistas, de una manera sencilla y natural. Presenta el mundo gris, triste y aburrido en el que vive la hija, igualmente gris, triste y aburrida. Nuestro protagonista no encaja en ese mundo gris y sus intentos por darle color rozan el patetismo y la incomodidad. Así, la primera parte de la película va cocinando poco a poco el ambiente necesario para un tramo final realmente apoteósico. Quizá esa cocción sea con un fuego demasiado lento, pero cuando llega a ebullición realmente merece la pena.

La capacidad de Maren Ade de otorgar realismo y credibilidad a las ocurrencias del protagonista, y la habilidad de Sandra Haller para construir un personaje que genera compasión por parte del público a pesar de su antipatía, convierten a Toni Erdmann en una película notable que bajo la capa de comedia esconde una interesante reflexión sobre las relaciones paternofiliales.

 

Sieranevada

Sieranevada

El director rumano Cristi Puiu nos muestra una vieja tradición rumana, donde es costumbre que la familia se reúna cuarenta días después de la muerte de un difunto para comer juntos en su honor. Eso es lo que veremos en Sieranevada, a una familia reunida en un pequeño apartamento preparándose para todo el ritual.

Con una dirección sobresaliente, Puiu consigue sumergirnos totalmente en la celebración hasta el punto de poder sentir la estrechez de los pasillos, notar la incomodidad de algunas presencias, no poder contener la risa ante lo ridículo de algunas situaciones. Vemos a gente entrar y salir de las habitaciones y del apartamento, mientras discuten sobre política, se echan en cara viejas rencillas, se retrasan, se equivocan en los preparativos, bromean… lo que es una comida familiar. Con estos elementos Puiu dibuja al fondo el pasado y presente de la historia de Rumanía y sobre él representa una historia que reflexiona sobre las mentiras y como a veces el miedo nos hace mirar hacia otro lado y nos engañamos a nosotros mismos creyéndolas. Una película sobresaliente que va creciendo en el recuerdo.





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Director: Paul Verhoeven
Actores:
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Virginie Efira
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Director: Cristi Puiu
Actores:
Mimi Branescu
Mirela Apostu
Eugenia Bosânceanu
Ilona Brezoianu
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Director: Nicolas Winding Refn
Actores:
Christina Hendricks
Keanu Reeves
Jena Malone
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4/5
Director: Maren Ade
Actores:
Peter Simonischek
Sandra Hüller
Hadewych Minis
Lucy Russell
 



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