Mis escenas preferidas XIV: 'Érase una vez en América'


25 de Junio de 2010
por Romulo

Estamos aquí ante una escena que define el tempo de Leone, su atención al detalle entendiendo que es precisamente el detalle lo que puede no solo dar el toque final a una secuencia, sino incluso conferir absolutamente todo el sentido a la misma, al personaje, al contexto.

En una historia tan sórdida como la que, a lo largo de décadas, dibuja Érase una vez en América, esta escena, hermosa, tranquila y sencillísimamente emotiva, nos permite recordar por un instante que, después de todo, a pesar de los robos, las peleas, la calle, las muertes... a pesar de toda esta sordidez suburbana, nuestros protagonistas no son más que unos niños.

Uno de los chiquillos de la cuadrilla protagonista compra un pastel de nata, precio que una de las chicas del barrio exige para vender sus encantos en los baños compartidos de su edificio vecinal... Pero en la espera, qué difícil es resistirse al dulce. Leone y Morricone magnifican un instante aparentemente trivial y consiguen que trascienda, más allá. Una de las más hermosas escenas de una película larguísima, intensa y preciosa.

 

 

 

 

 





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Tags: Las mejores escenas



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