Napoleon Dynamite: Vote for Pedro


03 de Julio de 2012
por Iñaki Ortiz

Festival de San Sebastián > Ciclo: La nueva comedia americana

Vote for Pedro

En 2003, Jared Hess mostraba su corto Peluca en el festival de Slamdance (el festival que compite con Sundance en cine independiente, se celebran a la vez). En un crudo y barato blanco y negro en 16mm, contaba las andanzas de un grupo de estudiantes inadaptados. Podéis verlo en youtube. Al año siguiente, Hess ampliaba la historia, con los mismos actores protagonistas y reproduciendo alguna escena casi exactamente igual: era su primer largometraje, Napoleon Dynamite. Esta vez se fue a Sundance. Nacida con vocación de culto, producida por MTV films, pronto fue un título clave de todo buen indie. Para estar en la onda, necesitas una camiseta que rece: "Vote for Pedro".

Pedro SánchezSe podría decir que Jared Hess es una especie de híbrido venido a menos de Wes Anderson y Todd Solondz. Sin el talento de ninguno de los dos, del primero toma los gestos coloridos, encuadres, detalle de objetos naif (por ejemplo, los créditos iniciales)... Pero el patetismo de sus protagonistas y el amargo regusto social, se acerca más a la torcida mirada de Solondz. Los héroes de la historia son absolutos losers con todos los defectos de los nerds de La venganza de los novatos, pero sin, ni siquiera, sus virtudes. No son los primeros en la clase de matemáticas. De hecho, no son los primeros en nada. Napoleon tiene su momento de gloria, hacia el final, con una fabulosa coreografía, pero ni con eso compensa su patetismo. Hasta los supuestos villanos, los más "populares", resultan en ocasiones, más agradables al espectador. Hess guarda poco cariño hacia su protagonista, arisco, incapaz de cualquier gesto social. Los novatos eran torpes y socialmente estúpidos pero en el fondo eran simpáticos. Si nos remontamos a fuentes más lejanas, como Los incorregíbles albóndigas (en este mismo ciclo), veremos unos inadaptados mucho más amables.

Es en ese patetismo donde la película se crece continuamente, consiguiendo momentos verdaderamente divertidos, atípicos. Con la evasión absoluta de la realidad en la que viven estos personajes, que a la vez son tan excéntricos pero también tan familiares, reconocibles en el mundo real (al menos, yo conozco a alguno del mismo corte). Hess encuentra en ese resquicio entre la excéntrica fantasía de Anderson y el patético realismo de Solondz su espacio para desarrollar una película irregular pero con elementos muy potentes. Una fórmula que le ha funcionado relativamente en su siguiente película, Super Nacho, pero que parece que no tiene mucho más que dar. En todo caso, una de las comedias indies más significativas de la década, que tiene su puesto ganado por derecho propio en el ciclo de la nueva comedia americana.

Kip Dynamite




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Tags: Comedia americana



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