Fernando Trueba ha vuelto. Su último trabajo, El baile de la Victoria ha sido proyectado esta mañana en el Kursaal. Finalizado el pase, el turno ha sido para el photo call y la rueda de prensa correspondiente. Ha sido una velada muy interesante. Su llegada ha sido de auténtica complicidad con la prensa desde el principio. Con él, Ricardo Darín, Abel Ayala, Miranda Bodenhofer y el escritor de la novela homónima, Antonio Skarmeta.
En su primera aparición, Trueba confesaba sentir "un alivio de presentar esta película fuera de concurso porque el arte no es algo competitivo y busca otra cosa. Nadie se acuerda de una película que no gusta. Si gusta, te da igual que compita". Sabiendo que Trueba tendría mucho más que decir, la prensa ha decidido comenzar con el escritor de la novela homónima, Antonio Skarmeta, quien se mostraba afortunado de que esta novela cayera en manos del director español. Skarmeta opina que el director se debe a su condición artística, siendo éso suficiente para no intervenir. "Propuse una primera vesión para poder saber qué veía Fernando en este trabajo y en segundo lugar, saber que le ha gustado. Ha existido una armonía y buena comunicación entre todo el equipo de la película", comentaba Skarmeta.
Tras la intervención de Skarmeta, el resto de la comparecencia ha estado marcado por un contínuo zig-zag de preguntas variadas a los distintos miembros del equipo de la película. Abel Ayala, muy simpático, jovial y nervioso a la vez, bromeaba con la prensa constantemente. Ante la pregunta de cuando supo que trabajaría con Darín, Ayala, sin un pelo en la lengua contestaba que "era algo muy grande pero que al igual que él tendría que trabajar igual de duro". Por su parte, Darín ha destacado la buena relación con el equipo de la película hacia adentro y hacia afuera. Al contrario que Trueba, Darín presenta mañana otro nuevo proyecto, El secreto de sus ojos de Campanella. Ante el comentario de cómo se siente por estar fuera y dentro de la Sección Oficial, el argentino respondía irónico definiendose a sí mismo como " bipolar, algo que me ayuda, soy ultracompetitivo y tranquilo a la vez".
Tras el visionado de la película, todos se preguntaban de dónde sacaba ese talento la actriz protagonista Miranda Bodenhofe, contestando que ella es miembro del Ballet Municipal de Santiago que aparece en el film y que hace ballet desde hace años pero que ésta es la primera vez que actúa en una película.
Las apariciones más extensas han sido las más esperadas, las de su director Fernando Trueba. Lo primero agradecía su visita a "esta ciudad que es el imperio de la gastronomía". Ya en lo estrictamente cinematográfico, Trueba ha insistido en "el interés que siempre he mantenido por este proyecto en el que ya veía cine antes de terminarme la novela". Le apetecía algo cercano, con personajes maravillosos, algo romántico. Entre las preguntas más esperadas se encontraba la reciente nominación a representar a España en los Oscars. Trueba afirmaba que "es una primera ronda y que hasta que no estas allí no te sientes dentro. Aunque de momento es bueno que se hable de estas tres películas". También ha desacado el papel de su hijo, pues ha colaborado con su padre en el guión y le comparaba como "un alfarero que aprende el oficio transimitido con amor".
Trueba ha preferido la ficción en esta película porque se pueden contar de otra manera las cosas, mientras que en el documental es más amplio el contenido. En última instancia, el director español se reafirmaba en la idea de que la cinta está continuamente ofreciendo esperanza, pues toda la película está llena de ella. Una comparecencia agradable, discreta y educada.