Buena crítica mala

Hace no demasiado escribía acerca Pedro Almodóvar, de su cine, de su talento, de su calidad, y del lugar en el público y espectador en general que tiene como gran artista nacional. Yo mismo ensalzaba sus enormes capacidades y que aunque estuviera bajando el pistón, me seguían gustando sus películas por redondas, de personalidad propia y llenas de contenido.

Ahora, vuelvo a escribir como nota o toque de atención a ese Pedro que viaja a lomos de cierto lado oscuro desde hace ya mucho tiempo para mi gusto. Su separatismo en el mundo del cine no es bueno para nadie, su desapariciones largas y extenuadas nunca son plato de buen gusto para el consumidor de cine en general, aunque éste sea un mal menor, así como sus subidas de tono para con las industria del celuloide en este país que lo vio nacer poniendo en clara dictadura comercial el servicio de sus films (que derecho tiene si así lo quiere), como dice un amigo, si se quiere pelear con el mundo ayudemosle a intentarlo, pero su última incursión exigiendo ciertas cosas para con él a cierto diario de tirada en toda la nación se pasan de la raya y demasiado.

Sin entrar en lo que el señor crítico comenta o no de sus películas (del crítico no quiero ni opinar y con eso creo que lo digo todo), ningún director debería de ser tan inusitadamente engreído como para solicitar tratos mejores para con él si nadie falta al respeto a su persona en términos personales como todos podemos entender, y simplemente se refiere a sus películas y su trabajo en el aspecto profesional. Me gusta o no me gusta, a mí no me cae bien, creo y quiero seguir creyendo entran dentro de una forma de hablar que contempla estrictamente el apartado profesional, repito, en una valoración que para muchos directores es más que innecesaria. Sé que para muchos somos escoria, para otros uno jetas y hasta para muchos otros unos frustrados camaleónicos, pero aún así también espectadores, de esos que además en algún medio emitimos nuestra opinión. Supongo que cuando esa opinión no es buena o no está sesgada por la presión empresarial del sector, que en el caso de los periódicos es casi inexistente, no gusta. Pues que pena.

Pero que poco nos acordamos cuando la crítica es buena, es excelente o simplemente da ánimos y solo recoge algunos detalles de mención negativa, qué pena que no se acuerden esos detractores de la figura del crítico de los momentos buenos. En este caso Almodóvar es una persona de mala memoria, que no se acuerda de lo bien que le han puesto, de lo que han informado de sus películas aunque se incluyeran peros. Entonces no llamaba a la redacción de ningún periódico a quejarse de animadversión de nadie aunque esa fuera positiva, qué pena.

Dejemos pues, todo en su sitio, unos al talento y otros a interpretarlo, o cambiemos los puestos, pero no obligemos a nadie a callar sin pensarlo antes dos veces. Pedro, muy mal, pero te perdonamos.