Entrevista a Sigfrid Monleón, director de El cónsul de Sodoma


08 de Septiembre de 2008
por William Munny

Después de films como La bicicleta o el documental exitoso El último truco, Sigfrid Monleón emprende un proyecto de altos vuelos entorno a la figura del poeta Gil de Biedma. Sobre la película, El cónsul de Sodoma, sobre el enorme personaje que posee y sobre él mismo en Precríticas os ofrecemos esta entrevista.

Precríticas: La película es sin duda un personaje y todo lo que le rodea, Jaime Gil de Biedma. ¿Quién es y qué nos ofrece en el film?
 
Sigfrid Monleón: Jaime Gil de Biedma fue un personaje insólito en la España de su época: perteneciente a la alta burguesía, culto y cosmopolita, ejecutivo de la Compañía General de Tabacos de Filipinas y “compañero de viaje” del Partido Comunista, poeta y bisexual… un personaje verdaderamente poliédrico. En pocos años vio desaparecer las condiciones que le permitieron identificar, a él y a otros escritores de la “generación de los 50”, la opresión y el sentimiento de futilidad en que vivían con la opresión y la penuria que sufrían la gran mayoría de sus compatriotas. A partir del turismo y el seiscientos, cada vez le resultó más difícil contemplar en la propia frustración un símbolo de la frustración del país, y se fue abandonando a sí mismo. Su poesía y la película es la historia de este recorrido, desde su aliento civil hasta una especie de nihilismo.
 
P: ¿Se ha podido sacar la esencia de su persona de su biografía y diarios, o a habido que rebuscar en amigos y amantes del poeta?
 
S.M: Me he servido de todo lo que escribió Jaime Gil de Biedma, y de cuanto se ha escrito sobre él. Pero, ante todo, me he basado en su poesía. La película está hecha desde su poesía, no es un biopic al uso, sino una película sobre el "sujeto poético" que Jaime Gil de Biedma creó a partir de sí mismo: una identidad literaria que fue construyendo paso a paso, poema a poema. Los temas de la película son los temas de su poesía: la identidad, el paso del tiempo y la experiencia amorosa. No hay que olvidar que he dirigido una película, una ficción, no he escrito una biografía. Si se intenta forzarla comparándola con la realidad, de la que es simulacro, no imitación, se desvirtúa mi propuesta.
 
P
: ¿Habrá sido complicado enseñar ese alma cansada de poesía y a la vez el espíritu de pasión y sexo del personaje? ¿Cómo se consigue centrarse en el todo y no en los puntos más morbosos de alguien como Gil de Biedma?
 
S.M: Vuelvo a repetir: todo está en su poesía, también el centaurismo del “personaje”. Al final de su juventud Jaime Gil de Biedma perdió la fe en la poesía como actividad que le ayuda a uno mismo a construirse y a llegar a ser. Tras asumir la identidad que se había creado, llegó a la conclusión de que no hay espejismo más engañoso que el de la propia identidad, y entonces abandonó la poesía: ya no le servía para levantar una suerte de andamio contra sus propias debilidades interiores. Que todo el espectro del “personaje” se reúna en la película se debe quizá a que ésta adopta la forma de un musical, donde, en lugar de canciones y baile para expresar los sentimientos, los estados de ánimo o para hacer que avance la acción, lo que surge son los poemas de Jaime Gil de Biedma. Es el poder de su poesía, que lo abarca todo.
 
P: Miguel Dalmau, su guionista, ¿ha sido una pieza clave?
 
S.M: Miguel Dalmau, el biógrafo de Jaime Gil de Biedma, colaboró con los autores del guión Joaquín Górriz y Miguel Ángel Fernández. Cuando yo entré a reescribir el guión, tanto Dalmau como Górriz estuvieron a mi lado para todo tipo de consultas y consejos. Dalmau es clave porque ha escrito una voluminosa biografía del poeta, sostenida sobre un gran trabajo de campo. Pero es una biografía, repito, no una ficción. Yo reivindico la película como ficción: mi Jaime Gil de Biedma está visto desde la propensión al mito tan cara al poeta: como Marlene Dietrich en una película de Sternberg.
 
P: Apta para mayores de 13 años y se arma cierto revuelo por ello. ¿Este país aún se escandaliza cuando no debe? ¿Tiene miedo a una mala lectura de la película?
 
S.M
: La calificación de la película me parece correcta. Si alguien se escandaliza es porque no la ha visto. Pero este país es muy puritano, en un sentido católico, y aún hay quien cree que el diablo se esconde en la entrepierna. Sólo espero que la polémica que ha suscitado la calificación no la desenfoque. He hecho una película seria, sin ninguna pretensión de escándalo.
 
P: Jordi Mollà ¿ideal para el papel principal?
 
S.M: Jordi es un actor que trabaja a partir de la voz. Tratándose de un poeta, del sentido de la poesía y de la conversación, el tono, en cuanto expresión directa de la actitud verbal, era una cuestión fundamental. Y nadie mejor que Jordi Mollà para trabajar en este terreno. Mucho antes de empezar a rodar, nos metimos en un estudio de sonido y grabamos a modo de prueba la voz en off de la película: los poemas de Jaime Gil de Biedma. Fue asombroso verle transformarse sólo a partir de ese instrumento: su voz. Luego vendría la mirada, el caminar… Jordi Mollà combina perfección técnica e intución de una manera original y sorprendente. Además es un placer trabajar con él; nunca se aburre, siempre está alerta, y encima es divertido y generoso. Mejor, imposible.
 
PBimba Bosé. ¿una apuesta arriesgada o sin duda?
 
S.M: Bimba tiene una gran personalidad, y es cálida “alla italiana”, sin ninguna afectación. Es imposible que caiga en el cliché, porque es muy inteligente y no intenta demostrar nada: no interpreta, actúa. Nunca va a abaratar un sentimiento, una emoción o una situación, porque es auténtica siempre. Además, aunque ésta sea su primera película, se ha criado entre artistas, conoce lo que es un escenario y las cámaras desde pequeña, luego como modelo y cantante. Estaba sobradamente preparada, y era la Bel perfecta.
 
P: A la hora de la verdad la respuesta del público comercialmente es importante, ¿un director que hace una apuesta tan importante en un film tiene miedo a eso?
 
S.M: Uno es su primer espectador: hace la película que le gustaría ver. Por tanto, primero hay que ser honesto con uno mismo. Pero nunca somos sólo uno. A propósito de la teoría trinitaria, Jaime Gil de Biedma solía decir que tres personas solamente para un único Dios le parecía de una escasez y de una pobreza increíbles, que no conocía a nadie normal que fuera tan pocas personas, y que él, por supuesto, era muchas más de lo normal. A todas ellas he querido tener en cuenta. Espero, por tanto, que muchos espectadores puedan sentirse identifcados en película.
 
P: ¿En qué se encuentra más cómodo Sigfrid Monleón, en el documental o en el film? ¿Habrá un vencedor en esa batalla algún día?
 
S.M: No hago distingos. En un documental normalmente pretendes captar un fenómeno en tranformación, que ya no será igual antes o después de haberle colocado la cámara delante, o que está en trance de extinción, por ejemplo. Ese es el sentido de “documentar”. En una ficción te das cuenta de que se trata de lo mismo. Cocteau ya sugería que la esencia del tiempo en el cine es ese momento que dura el plano de un actor: su rostro envejeciendo ante la cámara, el registro en la película de la inexorable aproximación de la muerte. “El cine es la muerte al trabajo sobre los actores”, decía. O lo que es lo mismo, si le damos la vuelta, la vida en acción.
 
P: ¿Con su trayectoria uno podría pensar que con films como La isla del holandés, La bicicleta o El último truco, está buscando algo y lo hace desde distintos puntos de vista del cine? ¿Es eso cierto?
 
S.M: Quizá haya un denominador común, y es un gusto por narrar y una cercanía hacia los personajes que quizá esté hoy en desuso.
 
P: Por último. ¿denos la clave para ir a ver El cónsul de Sodoma? ¿Qué es lo que vamos a sentir al verla?
 
S.M: Van a encontrarse con un personaje impactante y carismático, que arroja una luz original sobre nuestro pasado más reciente y que alumbra con su poesía los fugaces instantes de felicidad y afirmación a los que nos aferramos para darle sentido a nuestra existencia.





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Carátula de la película El cónsul de Sodoma

El cónsul de Sodoma

 (El cónsul de Sodoma)
4/5
Director: Sigfrid Monleón
Actores:
Jordi Mollà
Àlex Brendemühl
Manolo Solo
Blanca Suárez
 



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