Mis pensamientos sobre Papá, soy una zombi


27 de Febrero de 2013
por William Munny

Soy bastante seguidor de los films infantiles, o al menos de corte animado que tengan como objetivo la infancia, y me he animado a ver hasta qué punto llegaba esta producción española de animación. Su formulación, su dibujo, el corte Burtoniano de sus líneas, como ya marca en su precrítica Obi Wan, y su valentía han atraído a mis retinas.

No puedo decir que sea una película excepcional pero tampoco puedo caldearla en la miseria. Decir que es mediocre tampoco me parece demasiado exacto, y diría hasta que injusto, y rezar que un sin más la describe podría faltar a lo que he sentido al verla.

Fotograma de Papá, soy una zombi

Poseedora de ese tono propio tan macabro pero sin meter miedo, amena y curiosa, formal y nada exagerada, la película es de un corte para todos los públicos algo más modernos y capaces de entremezclar conceptos de muerte sin entrar en fobias. Su personaje central, sus amigos y enemigos, no dejan de ser estándares normales y corrientes pero que tratan de destacar en un fondo plausible.

Lo peor es que la trama resulta demasiado sencilla, demasiado precipitada y fácil de terminar y asumir, demasiada rapidez a la hora de encontrar el monstruo final, una bruja lenta y agónica que no da para nada de emoción.

Fotograma de Papá, soy una zombi


Siendo como es para niños, uno no puede colocarla en la situación complicada de ser desechable, preferiría ofrecer este producto a un niño cualquiera antes que otras muchas canalladas atontadas de un cine infantil animado mucho más corta-pega que la que película que presento, eso que quede claro.





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Papá, soy una zombi


3/5
Director: Ricardo Ramón y Joan Espinach
Actores:
 
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