¿Y cuándo fueron?

Y los Goya se han marchado y a pocos ha importado. Parece que hay un sector que tiene sus ojos puestos en ellos como símbolo de fiesta del cine español, otros puede que confíen en ellos como premios valedores y otros muchos simplemente estamos desencantados, quizás no tanto por el acierto de sus premios sino por la calidad del cine español en general.

La publicidad es la publicidad y los medios se acuerdan de los dichosos cabezones por razones de respeto y audiencia, pero más allá, tampoco hay una especial manera de llevar a los altares la producción nacional, y entiendo que así sea, tampoco hay mucho bueno donde rascar ante un público que no es tonto. Los americanos, ingleses, franceses…entran en nuestras salas sin miedo porque compiten como mucho ante algo sinceramente igual o peor. Excepciones hay, pero pocas. Y encima hay mucho que ver que no se ve porque tampoco se ofrece, porque se mete en pocas salas por falta de confianza. Sin embargo la confianza existe en otras producciones de grandes productoras aunque sean de un divertimento sin intento de mejora.

Hay talento, hay ideas nuevas, existen películas de aquí ricas, pero no llegan, la promoción la tienen muchas malotas…y el público no es tonto, el espectador sabe que le interesa y elige en consecuencia. Paga en tiempos donde ya no hace falta pagar tanto por cosas seguras, valores seguros, y salvo el cine infantil éste es el sistema a seguir. El problema del pirateo existe, pero escudarse en él tampoco es coger el problema desde todos sus puntos de apoyo, así que habrá que mejorar todas las maneras de enfoque de un cine que se merece la gala que tiene, y el seguimiento que parece tener.

Así, en cuanto algo destaca, parece que es la leche, y eso es verdad pero muy poco, suficiente al parecer para despistar,  y mientras, los mismos haciendo el mismo cine con recursos buenos, que no me parece mal, pero también me parece que no hay sitio para más y el trono no se renueva. Igual me equivoco, igual no tengo ni idea pero mientras miles de realizadores sacan y sacan producciones y muy pocos son de este país, y si son más ¿por qué no les oigo?

Y sin querer ser malo, ni siquiera los ladrones quieren los Goyas,  porque por lo que se ve los devuelven, ojalá llegue un día en el cual no los devuelvan, será que valen mucho en el mercado negro, en el mercado de lo sentimental, tanto como para tenerlo en secreto en una casa olvidada, al grito de tengo un Oscar, perdón digo, tengo un Goya.